2013-12-29 10:35
A estas alturas, ya (no) os habréis dado cuenta que la publicación de ayer de
Tsalakkayn el aventurero espacial no era más que una inocentada. Espero que así se lo hayan tomado amigos y enemigos al alimón, porque la recepción no ha podido ser más decepcionante. Ha habido 10 descargas en Bubok en total. Y eso que el tema prometía. Láseres disparando más allá de la puerta de los Pyrinieos. Humanistas contra maquinistas enfrentándose por los cerros del sector V.
Todo ello, desarrollado en
GitHub y en Perl. La idea, en realidad, era bastante simple: tomar un
clásico en el dominio público y torcerlo hasta hacerlo (menos) reconocible.
Pero, desde el principio al final, la práctica no es tan fácil. Al principio, pensaba en trabajar con tesauros, ontologías y demás. Me bajé
FreeLing,
Open Thesaurus y le empecé a dar un meneo al tema. La idea era escoger palabras significativas, sustantivos, verbos y, con ellos, buscar en el tesauro sustituyéndolos por otra palabra. Cuál, ya se vería. La más rara, la más común, la genérica... No sé si habéis usado Freeling. Ponle una frase de más de una línea y se puede tirar horas analizándola. Así que, de primeras, descartado.
También se me echaba el tiempo encima, porque todo tenía que estar listo el 26 para que el 28 estuviera publicado con seguridad en
Amazon. Así que tuve que reducir muchos libros a uno solo. Y siendo un solo libro, el tema se hacía a la vez más simple y más complicado. Simple, porque búsquedas y sustituciones directamente podían valer. Complicado, porque el problema no es buscar y sustituir, sino cuáles son las sustituciones que tienen sentido y, posiblemente, cierta gracia.
Así que me leí la historia de Zalacaín, que no me había leído antes. Ciertamente tenía potencial como
space opera, pero había que hacer algo con los nombres propios y geográficos (un aventurero espacial no suele ir mucho de Santurce a Bilbao) y también con la historia en sí. De esa forma, los carlistas se convirtieron en humanistas, partidarios del gobierno por humanos y los liberales en maquinistas, partidarios del gobierno por las máquinas de Cyberdyne corp. En cuanto a las palabras, había que trabajar con las más frecuentes. Hice una lista por orden decreciente y a cada cual le di su traducción. Los cambios están todos en
este fichero, que luego apliqué al
original para dar el
derivado. El lenguaje fue Markdown, unos pocos añadidos con el texto y fácil de manipular; además, usa las mismas marcas tipográficas que el original.
¿El resultado? Un desastre que habría necesitado algunas horas más de edición, por concordancias de artículos y nombres, porque algunas palabras que no eran nombres propios también acabaron sustituidas, y porque ciertas cosas que quise hacer (traducir todos los latinajos a "estándar clásico", o séase, inglés) no pude hacerlas. Tampoco tenía muy claro que hacer con el vasco. Podía traducirlo al klingon, pero el problema es que muchos accidentes geográficos que había convertido tienen palabras (como
beltza, o sitios) que también están en los cánticos.
En fin, no descarto hacer algo así en el futuro. Ahí hay tema, y libros como
orgullo y prejuicio y zombies así lo prueban. En todo caso, ahí está lo hecho, en abierto y con licencia GPL, para que lo pille quien quiera y haga lo que le dé la gana.