2014-04-13 12:09
Un regalo de
Fernando o de
Víctor, que conocen bien mis gustos que incluyen a este escritor cubano de historias de crímenes, y que
leí por última vez hace un año con "Máscaras", tercer libro de la
serie en la que éste tiene el número cinco. Por eso me salté la novela en la que Mario Conde deja la policía. En
esta se ha convertido en un escritor sin novelas que se dedica a trasegar con libros de viejo, mientras bebe y fuma y deja pasar la vida sin que le deje demasiada inspiración, y es un escritor investigando una muerte sucedida años atrás, cuando Hemingway vivía en la Habana, un cadávez que aparece en la antigua casa del escritor ahora convertida en museo y que puede, o no, haber venido de la mano del propio escritor.
Pero en realidad la muerte es una excusa para indagar en la relación de Hemingway con sus ayudantes cubanos, una relación de servidumbre y también de amistad, trasunto de la propia relación de Hemingway con Cuba. E indaga en los motivos del suicidio de Hemingway que pudo tener su origen en algo acontecido en Cuba; pero también en la relación de Hemingway, el hombre, con Hemingway, el personaje escrito o creado por el propio hombre, y con el que propio Mario Conde se relaciona de tú a tú.
Tienen protagonismo especial, por cierto, las bragas de Ava Gardner, en una historia bien llevada y con un final feliz. En resumen, una lectura escueta, que no es de las mejores de la serie pero que es efectiva y escuálida.