2014-10-17 20:36
Cronológicamenge este es el último libro de la saga, nunca mejor dicho, de Erlendur. Los
dos libros publicados a continuación de este, que apareció en 2010 en islandés, son precuelas situadas cronológicamente antes de los primeros libros de la saga (dos de los cuales por cierto, no se han traducido).
Eso no significa más que hay que tener un nivel de exigencia ligeramente superior al resto de la serie. No sólo tiene que concluir de forma original y coherente, sino que debe dar una adecuada conclusión a la serie, no sólo un cierre. Y me temo que falla en los dos aspectos, aunque en uno más que en otro.
Al principio he dicho que cronológicamente es el último, pero en realidad sucede más o menos simultáneamente a los anteriores dos libros de la serie:
Black Skies y
Outrage que están protagonizados por los otros miembros del terceto policial de Reikiavik: Sigurdur Oli y Ellinborg. En esos dos libros se hablaba de que Erlendur estaba ilocalizable y en este lo localizamos durmiendo en el cortijo que fue de su familia, Bakkasel, abandonado y en ruinas, y tratando de descubrir qué pasó con su hermano Begur, que desapareció cuando él era pequeño, en una tormenta.
Por el camino, hablando con un cazador de zorros, recuerda a otra persona, una mujer, que desapareció en las mismas fechas y cuyo cadáver tampoco fue encontrado. Y se obsesiona con encontrarla, lo que, dado qeu sucedió sesenta años atrás, no es nada fácil. Haciéndose pasar por escritor, va de asilo en asilo, preguntando a ancianos o a descencientes sobre sus recuerdos de la época. Y habla con unos. Y habla con otros. Y no llega a ningún lado. Y duerme en su cortijo y sueña con su hermano y con un extraño que los visitó, poco antes que desapareciera. Y cuenta episodios de su infancia y de su migración a Reikiavik y de cómo su familia recibió la desaparición de su hermano. Y volvemos a leer sobre lo inhóspito de las tierras, la belleza salvaje de sus paisajes y la violencia de sus tormentas. Y oímos mil historias de fantasmas y nos aburrimos como ostras hasta llegar, más o menos, al último cuarto del libro, donde finalmente empieza a suceder algo.
Indridason, durante todo el libro, nos reitera la obsesión que adquirió Erlendur con encontrar a la mujer desaparecida. Pero no acaba de ser creíble y más cuando en otros libros se describe a Erlendur como lector de historias de desaparecidos. En ese sitio y en los alrededores, kilómetro arriba o abajo, debía haber cientos de desaparecidos, muchos con amigos y conocidos con los recuerdos un poco más frescos, aunque dado el fresquito que hace en Islandia, los recuerdos deben estar frescos independientemente de los años. Aún así, el final no compensa. No convence y te deja con mal sabor de boca. Dada la reiteración de situaciones que ya se han visto en otros libros (resolver desapariciones o asesinatos que sucedieron decenas de años atrás) da la impresión de que, simplemente, Indridason ha agotado el personaje y que no puede ir más allá. Por eso, para mi, el libro más decepcionante de la saga. No sé si me atreveré con las precuelas, aunque me conozco y acabaré picando.