2014-11-17 20:45
Me compré este libro recomendado por
Luis F. Rull y
Esteban, aunque tratándose de un libro de viajes y de un periodista español y del país de los
soviets, tampoco había que darle muchas más vueltas.
No se trata de la historia de Tintín. El periodista va arropado por el régimen, como no podía ser de otra forma, y transita en una Rusia que acaba de salir de la guerra civil y en la que la
momia de Lenin todavía huele a formol. Trotski todavía tiene piolets en la cabeza por debajo de sus posibilidades y anda por Siberia, exiliado interiormente y liándola como
oposición en vías de desaparición cual foto de la familia de McFly en "Regreso al futuro". Aunque en este caso, ningún baile lo libraría.
Este es el principal interés del libro: Chaves observa, con cierta simpatía, la revolución soviética y concluye, por un lado, que no tiene vuelta atrás (y no la tendría en los próximos 60 años) y por otro lado que, realmente, los obreros de París, Londres o Berlín están mejor, objetivamente, que los obreros ensalzados por un régimen que los convierte en soberanos, de lo que, por cierto, también da pruebas suficientes en su libro.
Chaves Nogales se encuentra con figuras curiosas en ese periplo, españoles ya en el exilio y muchos aterrizajes entre patatales, que la aviación ya no es lo qeu era y en aquella época se aterrizaba, aparentemente, una vez de cada dos de aquella manera, aunque sin mayores consecuencias.
La Alemania del libro, previa al ascenso de los nazis y más o menos simultánea al tostón del
Time for Gifts, la Francia de mujeres que son muy diferentes de las españolas de aquella época de la dictadura de Primo de Rivera, la nostalgia de la época de los viajes en los que la vuelta no estaba garantizada y en la que se cablegrafiaban las crónicas o se mandaban con correo a mula, en fin, todo un clásico periodístico y de la literatura de viajes cuya presentación agradezco tanto a Luis como a Esteban.