2015-01-02 23:48
Este año ha traído una dosis de bodrios, que por alguna razón me he obligado a terminar, mayor de la habitual.
The Flame, Alphabet, por ejemplo, visto en retrospectiva, es tan aburrido que merecía haberlo dejado en los primeros compases. A la vez, hay buenos libros de los sospechosos habituales, Lorenzo Silva, Arnaldur Indridason, Michael Connelly, que podían estar perfectamente en cualquier
top. Pero he decidido elegir estos libros porque me han parecido excepcionales por alguna razón.
- The goldfinch de Donna Tartt es una obra universal, sobre la amistad, la relación entre padres e hijos, la relación de la vida con el arte y las buenas y malas intenciones. Donna Tartt es, sin duda, una de las figuras literarias del momento y espero con (no mucha) impaciencia su próximo libro en 2023 o 24.
- Lost for Words, de Edward St. Aubyn, salió de la lista corta, o larga, o mediopensionista de alguno de los premios literarios que en él se parodian. Qué es literatura, qué no lo es, qué merece un premio, qué personajes se pasean por el parnaso literario, todo con un humor inglés contenido y justo.
- Joyland, de Stephen King es una joya desde la portada hasta la contraportada. Stephen King salió de los pulp y fue metiéndose poco a poco en el universo literario, hasta llegar a esta novela con formato y tema pulp pero con una ambientación y unos personajes dibujados con precisión y un terror que no tiene nada de sobrenatural
Cómics ha habido pocos; todos me han gustado en mayor o menor medida. Los ensayos también han sido interesantes. El año que viene trataré de atajar los bodrios a las primeras de cambio, que entrando en el medio siglo tampoco hay tiempo que perder.
En un espacio promocional patrocinado por mi mismo, os recomiendo vivamente
Una Esquina en Nueva York, una aproximación a la Gran Manzana. Que es mía y está muy bien. Ea.