2015-03-15 12:17
Mediados de marzo y no voy a llegar, ni de lejos, al reto que me propuse a una media de menos de un libro al mes. La principal culpa la tiene Breaking Bad; a las
dos o tres cosas que he aprendido de ella sigue la obvia: si miras, no lees. O viceversa. No es excusa que
Breaking Bad sea una obra maestra. También he visto
Alpha House, que no lo es, pero es tremendamente divertida. Y también se aprende mucho de ella; no de química, sino de la política americana. Aunque en el entretenimiento no se trata de aprender. De hecho, no empecé a leer este libro porque me interese lo más mínimo la historia de los tractores en Ucrania; la historia contemporánea de la invasión rusa del mismo país es mucho mas interesante (para una acepción de la palabra que incluye una cierta cantidad de temor) pero es cierto que sin estar al día de lo que está sucediendo por allí no lo habría sacado de la pila, que ya lo es, literalmente.
Y en ese sentido, el libro te permite entender superficialmente la historia de Ucrania y la de su relación con los rusos. La voz narrativa es la de una profesora de universidad en el Reino Unido, hija de inmigrantes ucranianos, que encuentra un día que su padre anciano, tras la muerte de su madre, se enamora y se casa con una chica ucraniana, pero étnicamente rusa, cincuenta años más joven que él y por supuesto tienen miedo de que ocurra lo que inevitablemente va a ocurrir: que se aproveche de él de todas las formas posibles. Todo ello, en sí, es suficientemente metafórico. Como lo es la historia que el anciano padre va escribiendo sobre los tractores en Ucrania, en la que se refiere a los ingenieros ucranianos trabajando en la Unión Soviética y cómo los tractores americanos lo cambiaron absolutamente todo.
La novela tiene muchas capas: la aparentemente irrelevante historia de los tractores (en ucraniano), la de la familia desde principio de siglo hasta su llegada al Reino Unido, y la del romance que da lugar a una nueva relación entre la narradora y su hermana mayor, Vera, con la que además hay una relación tensa que se pone de manifiesto durante su trato con la novia del padre. Nunca llega a ser dramática: casi todos los momentos tienen un aspecto cómico y se van revelando en conversaciones telefónicas entre el padre, Nadia, Vera y otros personajes. Los diálogos son reveladores, fluidos y el motor de la acción; la ambientación se limita a precisas descripciones de la ropa y el aspecto de las personas.
En general me ha parecido una buena e inesperada novela. Casi que me han dado ganas de no ver más series por una temporada para engancharme otra.