2015-05-31 20:02
Soy un poco particular en mis gustos de cómics, supongo que como cualquier hijo de vecino. Para muchos Chaykin es el summun de algo, y yo pienso que, la mayoría de las veces, se le ha ido la pinza. Otros admiran el estilo quebrado y cubista de Sienkiewickz y a mi me parece que, fuera de Warlock, es confuso e inconsistente. Y eso me pasa también con este cómic, muy recomendado por
Fergu, que, además, me lo prestó.
Técnicamente es un crossover, dos universos que colisionan, además procedentes de
fuera del mundo del cómic, de sendas, y enormes, pelis de los 80. Y los crossovers son complicados: ¿cómo conjugar las líneas temporales de ambos? ¿Cómo mezclar personajes de los dos sin cargarse a ninguno de ellos? ¿Cómo reflejar correctamente el espíritu, la atmósfera, la textura de los dos mundos, siendo fiel además al original?
Así, hay algunos crossovers qeu son geniales y otros que, bueno, son. A mi me encantó el del Juez Dredd y Batman. Que, por cierto, creo que iban a hacer una peli. Pero de este, sinceramente, me esperaba más, cuando además Frank Miller fue guionista de varias secuelas de Robocop y es un tío que nos ha dado verdaderas obras maestras. Pero se ve que le pasaba un poco como a Mastropiero, que cuando hacía obras por encargo el resultado era mediocre (y si no era por encargo no hacía absolutamente nada), o que mezclándolo con Simonson, al que si no mete un apocalipsis cada dos o tres páginas es que no se halla, y el resulatdo es un conjunto de fuegos artificiales, que rearranca dos o tres veces, de lo que tiene la culpa Terminator y sus viajes en el tiempo, pero en el que ni los personajes, ni el ambiente, ni casi nada, brilla por sí solo. Quédase, por tanto, en un ejemplo correcto de cómo se tiene que hacer un crossover, pero que no pasará a la historia del cómic.