2015-06-14 13:11
Me pillé esta novela gráfica en una librería especializada en Nottingham atraído por esa portada que muestra Spitfires, la casa blanca y a un tío con una cazadora de aviador y la bandera de Inglaterra volando, aparte del sello de Vertigo, esos cómics de DC más "adultos" y fuera de cualquier tipo de continuidad en el universo de la firma. Además, a priori parecía atractivo el tema: las casas reales son en realidad mutantes y el contexto, la segunda guerra mundial.
Y vamos a ver, no es que no cumpla lo que promete. Es exactamente eso. El mundo se mete en la segunda guerra mundial y las casas reales, mutantes ellos, han hecho un pacto de no intervención, más que nada porque, como sucede con las bombas atómicas, se puede liar pardísima si lo hacen. Mas hete aquí que el heredero británico, sin poder aguantarse el cuerpo, empieza a darles para el pelo a los nazis y a partir de entonces el resto de las casas reales (salvo un Borbón, qué buen papel habría hecho, o unos Bonapartes, o esos Vittorio Emmanueles, qué gran traje superheroico habrían hecho) se empiezan a dar para el pelo.
Todo esto es clásico superheroico. Como es de Vertigo, había que provocar un poco más de lo normal: las viñetas violentas son todo lo explícitas que puedan ser, con brazos arrancados y cabezas voladas a tutiplén, y además hay pistas de un cierto incesto en la casa real británica, pero no mucha más provocación.
Lo que viene a decir que la premisa inicial se cumple, pero se diluye... Los personajes se sitúan bien en escena, pero finalmente no acaban de realizar todo su potencial. El emperador japonés, por ejemplo, es el más desaprovechado. Hay una tercera parte del libro que es perfectamente obviable, aunque, afortunadamente, el final tiene su gracia y está relativamente bien pergeñado.
En resumen, que es una historia interesante sin que vaya a pasar a los anales del cómic ni, para el caso, de la realeza.