2015-06-28 20:09
Por un lado, este libro es exactamente lo que cuenta el título (y subtítulo:
A Practical & Theoretical Treatise on the Artisanal Craft of Pencil Sharpening for Writers, Artists, Contractors, Flange Turners, Anglesmiths, & Civil Servants). Es decir, un manual para afilar lápices. Capítulo a capítulo, va hablando de afilalápices manuales, eléctricos (estos hay que evitarlos), cómo afilar a navaja... Pero poco a poco, empezando por el capítulo en el que describe cómo hay que tratar a los afiladores electricos, se va convirtiendo en una épica surrealista, que incluye listas, consejos e ilustraciones de un hierático afilador, del trabajo manual e individual. O algo así.
Lo curioso es que, lo que quiera tratar de conseguir, lo consigue. Es leerlo y le entran a uno unas ganas locas de afilar lápices. Le empiezan a dar pena esos que se encuentra uno mochos y deshilachados en los lapiceros y empieza a aprenciar la gracia de los nunca bien ponderados lápices del Ikea. Despierta verdadera admiración por
manufacturas vascas El Casco, de las que ya leí en Monocle y que son el epítome de los productos de escritorio de lujo, incluyendo
los mejores afilalápices del mercado, que sacan puntas dejando sólo un fino polvillo como rastro y que te cuestan lo que un móvil de gama media. Pero, qué caray, quiero uno. Ya tengo un móvil de gama media, después de todo. Y en ellos, hasta el sonido de la ventosa está estudiado para provocar una sensación de trabajo bien hecho en el usuario.
En resumen: que merece la pena echarle un vistazo. Aunque sea a salto de mata y al lado de la piscina, que es una actividad en la que los afiladores de lápices verdaderos nunca se entretendrían.