2016-01-01 20:33
Ya que esta Atalaya se está convirtiendo, de forma casi exclusiva, en una bitácora de reseñas de libros, habrá que elegir cinco de ellos, aunque este año no ha habido alguno que haya cambiado mi forma de ver la vida, ni la literatura, ni creado una nueva metodología de paso de hojas. Eso sí, sigo usando libros físicos cuando puedo y han caído por mis manos algún libro antigüillo de los que se deshacen según los vas leyendo.
Vamos con la lista sin más dilación.
- El Expresio de Tokyo, una novela de los 50 por Seicho Matsumoto, un autor totalmente desconocido pero que acaba montando una historia bastante creíble de un crimen y una resolución retorcida e inesperada
- Sin salir del Japón, El Museo del Silencio de Yoko Ogawa me gustó también bastante. Un relato de obsesiones, de obligaciones y de horrores inesperados, que me compré por las buenas y me sorprendió agradablemente.
- Connelly rara vez falla, de esta estirpe de escritores profesionales de novela negra, y en El Eco Negro nos proporciona entretenimiento mezclado con la historia de las Ratas de Túnel del la guerra del Vietnam.
- How to sharpen pencils es un libro inclasificable, que hablando de lápices parece que habla de muchas otras cosas, pero no, simplemente se está guaseando de los libros que parecen establecer una filosofía de vida a partir de la reparación de motocicletas o de la búsqueda de queso
- Finalmente, La Cola de la Serpiente de Padura es la más oriental de las historias del comisario Mario Conde, pero también una excelente novela de venganzas, de incomprensión entre razas y, sobre todo, de Cuba y cómo todo se mezcla allí en un ciclón caribeño
En resumen, bastante novela negra y ningún producto nacional, de los que, fuera de Lorenzo Silva, consumo poco, la verdad...
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