2016-01-16 20:27
Leer dos libros del mismo autor del tirón puede ser contraproducente. Las comparaciones son inevitables y, además, hace que te acerques al libro con unas expectativas determinadas. Pero el problema mayor es que el patrón general del libro lo tienes demasiado presente y en esta segunda lectura la tramoya del libro salta a la vista.
Este es el principal problema que veo con este libro que, por otro lado, es una historia de intriga totalmente válida: tras la muerte de la madre Will Klein y que ésta le revele que su hermano perdido y acusado de asesinato, Ken, está vivo, éste comienza a buscarlo a la vez que su novia desaparece. Gente perdida, gente que desaparece cuando una foto o una imagen aparecen, asesinatos o sucesos truculentos no esclarecidos sucedidos tiempo atrás, amigos con dinero y que ayudan al héroe en un momento determinado, revelaciones sorprendentes, tensión acumulada... Y New Jersey, claro, todos ellos ingredientes habituales en las novelas de Coben. Ésta no es ni mejor ni peor que el resto: va sobre seguro y procede con un giro en el guión cada puñado de páginas, más cuando te acercas al final. Una vez más, los personajes secundarios, casi más que los principales, son los que roban protagonismo a la propia acción: el interrogatorio a una mujer admiradora de Lady Di es, simplemente, magistral.
También el leer dos libros tan seguidos te vacuna contra las ganas de volver a leerlo durante un tiempo considerable. En todo caso, sigo pensando que Michael Connelly es bastante mejor, tanto en el desarrollo de los personajes como en los protagonistas principales, aparte de la credibilidad de todo el asunto. Así que tendré que vacunarme también de él para abrirme a nuevas experiencias.