2016-02-06 21:16
Resulta que el 1.5 del PIB de Islandia viene de la literatura. No es de extrañar, si en un país con la población de Granada y su área metropolitana salen escritores a punta pala e incluso un premio Nobel, Halldor Laxness. Islandia tiene una de las tasas de alfabetización más alta del mundo y además es frío e inhóspito. Cuando la gente se refugia en casa en esas largas noches que duran meses, en vez de ver la tele, se dedican a escribir y así salen esos escritores que asombran al mundo y a los que yo soy tan aficionado.
Este libro, de hecho, me lo encontré en librerías por allí y me llamó la atención por el tema, que era novela negra pero vista desde otro ángulo. Además, ha sido uno de los pocos libros publicados por Amazon y además se escribió originalmente en inglés. Ese juego con el idioma islandés y como se pronuncia forma parte del espíritu de esta novela, que manda a un asesino a sueldo haciéndose pasar por un reverendo a Islandia y viene a ser una comedia de costumbres. Se mete con la forma de ser, con las costumbres, describe de forma jococa los hitos de Reykiavik y alrededores y retratando diferentes tipos humanos, sobre todo la curiosa escena religiosa que hay en televisión, con canales y todo, estilo sur americano.
El libro tiene su trama, pero sólo sale de vez en cuando. El personaje principal, croata de origen, está bien dibujado y tiene una historia completa y original. Llama la atención el conocimiento que tiene, aparte de Islandia, de la guerra de Croacia y de lo que allí sucedió. El resto de los personajes están bastante más desdibujados; se ven sobre todo a través de la óptica de Toxic o Tomic, pero aún así entran y salen sin mucha historia, con las historis de los más cercanos y fuera de cámara más presentes que los propios que mueven la trama.
En resumen, es una novela bastante original y totalmente diferente a las de Arnaldur Indridason, una novela costumbrista con toques negros que puede servir muy bien como introducción a la literatura de este país. Mucho más que las novelas de Laxness, que son un tochaco.