2016-03-29 07:45
Supongo que fue
en el Time, como en muchos otros casos, donde leí por primera vez acerca de
este libro, aunque en el momento que lo comencé, poco después de recibirlo como regalo de cumpleaños de
Fernando, no tenia en mente mucho más, que es posiblemente la forma adecuada de acercarse a un libro.
Una vez leído, puedo decir que es una mezcla de
The Interestings, por el ambiente artístico y
Gone Girl, por casi todo lo demás. No hay asesinatos, pero sí la carrera artística de Lancelot, por bue nombre Lotto, que pasa de ser un actor fracasado a un dramturgo de mucho éxito, y eso se cuenta en la primera parte,
Fates, donde el punto de vista imperante es el suyo. La segunda,
Furies, sucede aproximadamente donde termina la primera, pero se narra desde el punto de vista de su esposa, Mathilde, y te obliga a reinterpretar no sólo lo ocurrido en la primera, sino el planteamiento del libro y el propio concepto de destino.
Y la felicidad. ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es lo que hace feliz a alguien? ¿Los éxitos? ¿La ausencia de fracasos? ¿El crecimiento personal? ¿El de las personas que te rodean? ¿Las parejas deben de tener confianza o ignorancia? ¿Monogamia o poligamia extrema? ¿Arte o comercio?
El narrador en tercera persona de las dos partes está acompañado por un meta-narrador, que aparece entre corchetes, y que a veces le contesta o le adelanta acontecimientos, a modo del coro de las obra de teatro griegas, en las que en parte se inspira, como se inspira casi toda la narrativa moderna. En ese sentido, también es una exaltación del
deus ex machina. La parte
Furias no es sino una exposición de las
machinas de todos los
dei que aparecen en la primera parte.
Por todo eso y porque, además, la narración es ágil y entretenida, es un libro que merece la pena leer. No sé si de cinco estrellas, pero de cuatro y una de neutrones, seguro.