2017-01-28 20:56
Este
libro es un clásico entre clásicos, que probablemente hayas visto a través de alguna de sus encarnaciones. Recuerdo especialmente
Scrooged, o "Los fantasmas atacan al jefe", una traducción al español que perdía toda la relación con la inspiración original. Efectivamente, Bill Murray es en esa versión un productor de televisión que putea a sus subordinados y al que se le aparecen una serie de fantasmas dicharacheros que le pegan unas cuantas guantás con la mano abierta. Cosa que no ocurría en el original, que es en el que nos ocupa. Original que también lo es del
Tiny Tim, un personaje desgraciado que aparece en forma de Tinny Tim en Futurama y de
Patches en los Simpson.
Como la historia es bien conocida, no sé si merece la pena comentarla. Sí que, aunque parezca pedante, leyéndola en versión original es también un documento histórico, refiriéndose a las
workhouses o residencias de trabajos forzados que había en el Reino Unido en aquella época, y a las profesiones, precios y sueldos que solía haber, así como a las condiciones de vida. Los diferentes estratos de la sociedad se reflejan con exactitud, y también la aptitud de una parte de la sociedad, la que Dickens quería combatir, precisamente. De hecho, discutiblemente, el
hecho de que nos felicitemos la Navidad y nos hagamos regalos puede ser que proceda, en gran parte, del éxito de este libro en aquella época. Todo esto hace, como es natural, una lectura un poco dura, con búsqueda continua de referencias, pero, en todo caso, una historia que merece la pena.