2017-02-11 21:15
Aquí hemos sido siempre
mucho de Paul Theroux, y este libro me lo encontré en una feria de ídem por el precio de un café y medio, en una edición de Edhasa seguramente ya descatalogada.
Lo cierto es que me suele gustar mucho más su libro de viajes que sus novelas o relatos.
World's End es una de las que he leído, y tampoco es que la comentara de forma excesiva, la otra,
Saint Jack, tampoco pareció necesitar una gran reseña hace unos siete años. Pero sí tenía en mente esa novela cuando leía esta: la historia de un hombre blanco en una colonia, o ex-colonia, en un estado de flujo, y luchando contra el sistema con una mezcla de amor a la misma colonia que está tratando de echarle y de condescendencia.
Esta historia es similar. Kowloon Tong es el lugar donde se encuentra una fábrica que pertenece, por herencia, a Bunt, un cuarentón solterón y putero, de origen británico pero nacido en Hong Kong. Unos meses antes de volver Hong Kong a control de China, Bunt recibe una oferta de compra de la fábrica por parte de un hombre de negocios chino. Es la clásica oferta que no se puede rechazar y por la que tiene que luchar con su madre, copropietaria de la fábrica y con todo el sistema. Ya podéis imaginar como termina la novela, que está bien narrada y gana en intensidad según va avanzando pero que, al principio, aburre con sus descripciones y sus descripciones excesivas, con muy poca acción.
Antes de llegar al final se pierde un poco, y el final realmente no resuelve nada, pero conociendo al autor, es bastante esperable. Sin embargo, refleja bien un momento y un espacio, al menos eso sí hay que reconocérselo a Paul Theroux.