2017-03-13 18:12
¿Os he hablado alguna vez de la biblioteca de la
ETSIIT? Es un sitio magnífico. Rodeando el hall central, tiene mucha luz, mesas para que la gente estudie tranquilamente, e incluso una sala para trabajo en grupo donde te puedes ir con los colegas sin estar a la intemperie como en las "mesas rojas" (y al albur de los jugadores de futbolín) y, por supuesto, los libros.
Libros como The Art of Computer Programming, de Knuth, que algún día debería leer. Novelas, revistas informáticas clásicas de esas que no puedes encontrar por la red... Y hablando de no encontrar, más de una vez he echado mano del préstamo interbibliotecario para solicitar un libro raruno que ha venido desde Canarias, o Cantabria, y llegado a mis manos por el módico precio de... nada (aunque las bibliotecas sí se pagan entre sí una tasa para esto, aparte gastos, claro).
También son lugares donde te encuentras a gente. Y libros, claro. De hecho,
este libro lo vi en una estantería y me lo pillé, ese que vence es precisamente el que está en mi poder, aunque hay otra copia (y otra más en la biblioteca de la Facultad de ciencias, pero ese, por lo pronto,
va a ser que no podrás sacarlo). Ya me leí el de
Barabasi, hace tiempo, y este
Watts, del dúo Watts y Strogatz, es uno de los artífices de los modelos de mundo pequeño y de muchos otros trabajos que han configurado la ciencia de las redes de la que habla en el subtítulo.
El libro, la verdad no está a la altura de otros libros de divulgación o del mismo Linked de Barabasi. Y es que los libros de divulgación son complicados. Puedes errar por defecto o por exceso; en algunos casos, por las dos razones a la vez. Un poco eso es lo que le ocurre a este libro. Los primeros capítulos exponen las generalidades sobre las redes de mundo pequeño, con incursiones en la siempre curiosa vida de Erdös y diferentes anécdotas relacionadas con los otros investigadores del tema. La segunda parte trata de ser más divulgativa, y aparte de algún gráfico y relaciones con la sociología y sobre todo la economía, resulta excesivamente aburrida para el que sabe algo. Quizás también es que sea un libro antiguo; el libro es previo a la explosión de las redes sociales y apenas tiene una referencia a Friendster, que duró unos noventa días.
Siempre es interesante leer la historia contada por sus protagonistas, y al menos eso tiene de bueno este libro, que, sin ser imprescindible, sí aporta alguna inspiración a la gente qeu se interesa por esos temas. Así que cómpratelo o acércate por la biblioteca más próxima que, si no lo tiene y haciendo uso del préstamo interuniversitario, podrá pedirlo a la que le convenga.