2017-04-16 18:46
De vez en cuando hay que cambiar de autor, si no de género, y
una vez trabajados los Connellys, los
Coben y los de
otras latitudes, está bien cambiar de aires, volviendo a la costa Este de Coben, aunque un poco más al norte, en la misma Boston. Yendo también hacia atrás en el tiempo, a unos 80 de las guerras de bandas, del crack, y del crimen rampante en la era de Reagan.
Esta es además la primera novela de los personajes de Lehane,
Angela Gennaro y Patrick Kenzie, representados por Michelle Monaghan y Casey Affleck en la peli que se hizo de otra de las novelas,
Gone, baby, gone, y es donde se empieza a establecer la relación de fuerzas y de cualquier otro tipo entre los dos personajes, conocemos la historia personal, la relación de Kenzie con su padre, el
Héroe, la de Angie con su marido, los dos compañeros detectives a los que le encargan buscar a una mujer, Jenna Angeline, que se ha llevado unos papeles del despacho de un político local. Pero la paliza que se lleva Kenzie en los primeros capítulos, y que no puede faltar en una novela negra que se precie, y lo que eventualmente sucede con Jenna le convence de que hay mucho más detrás que un simple caso de persona desaparecida.
Las novelas negras son, deben ser, también, novelas de viajes, dar una sensación de un lugar en el tiempo y en espacio, y los barrios de Boston y sus calles se pasean por esta novela como algo vivo, con sus gentes, sus defectos y sus odios. También el racismo de la sociedad y de la propia ciudad y a la vez el personaje explora, en sí mismo, sus sentimientos y cómo pueden salir en momentos inesperados. El viaje interior de Patrick Kenzie, y el recorrido de Angela Gennaro hacen la novela interesante de por sí, más allá de la trama policial, que a decir verdad está un poco pillada por los pelos y no suficientemente justificada al final, aunque acaba pareciendo totalmente plausible.
En resumen, es un buen descubrimiento que me ha gustado más que otros nuevos policiales que he leído últimamente.