2017-11-18 12:33
Imagínate que vives en un pueblo tal como
Arenas del Rey, con su cuartel de la Guardia Civil y su único policía municipal que igual tiene pluriempleo y trabaja también de jardinero municipal y de administrativo, lunes y viernes, y de repente llega se descubre un torso en un pantano cercano a la vez que llega un transatlántico y nieva mucho.
Tal cosa no va a suceder en Arenas del rey, pero sí pasa, de forma ficticia, en
Siglufjörður, un pueblecito en el norte de Islandia, casi al lado del círculo ártico, un puñado de casas dispersas en un fiordo, que de repente es el escenario de un libro (o varios) y también de una serie,
Trapped.
Serie que, por cierto, fue creada por Baltasar Kormákur, que es hijo del pintor español Baltasar Samper, y en la que actúa también el hijo del primero, llamado también Baltasar (Breki) Samper. La relación entre España e Islandia es considerable y, con personas como los Baltasares, también se refleja en la cultura. Yo, por mi parte, me declaro islandófilo.
La serie y el libro tienen elementos comunes: crímenes, nieve, aislamiento y también tres policías en un puesto a los que les toca resolver uno, o ya puestos varios, crímenes. Y en los dos casos son policías exportados de Reykjavik, aunque por diferentes razones: Andrí de "Trapped" ha sido posiblemente exiliado por alguna razón que se conocerá en episodios que todavía no he visto, Ari Þor en "Snowblind" simplemente porque le toca hacer las prácticas en la comisaría de allí, bajo el mando de Tómas, el jefe bruñido en cienes de multas de tráfico y desapariciones de gatos.
Porque, en realidad, en sitios como estos no hay más. Sin embargo,
Jónasson logra crear una intriga que no llega a ser de novela negra sino más bien de una novela de detectives. Un ambiente claustrofóbico, muchos personajes, cada uno de ellos con algo que ocultar, pasados oscuros o muertos en el armario, y un viejo autor que cae, borracho, por las escaleras, en un aparente accidente; también una invasión doméstica cuya relación con la trama no acaba de estar clara y otra invasión doméstica que acaba con una mujer herida.
Ari Þor no es el típico detective
hard-boiled. Un joven novato que estudió en el seminario y al que le llaman de mote "Reverendo", y que tiene dudas sobre qué hacer, a quién querer y se siente, además, atrapado por el muro blanco que debe ser el invierno en Siglufjörður. Por eso es caso, pero no del todo, totalmente diferente a
el Erlendur de Indridason, una persona taciturna y reflexiva y que parte del este para terminar en Reykjavik, casi el camino contrario al de Ari Þor.
Pero algo debe tener Islandia, porque al final el libro, en apariencia deslavazado, termina encajando y con él no sólo conoces a los personajes sino también el exotismo invernal de la Islandia rural. Como es el principio de la serie, voy a ir haciéndome acopio de los siguientes, porque la serie promete.