2017-12-24 14:26
No es mi costumbre reseñar novelas gráficas por aquí. Muchas no tienen mucho que reseñar en el aspecto novelístico, y en el aspecto gráfico soy bastante ignorante y para decir "El colorista se lo curró" prefiero callármelo.
Pero este libro de
Sydney Padua no es una novela gráfica al uso, ni siquiera un cómic al uso. El género que más se le acercaría es el de ensayo gráfico con toques ucrónicos. Pero, en general, es un trabajo excepcional.
Como su título indica, trata del trabajo y de la biografía de los dos personajes, centrándose un poco más en
Ada Lovelace. Pero en vez de optar por la ficción directa o de ilustrar historias ya escritas de los personajes, Syndey Padua ha preferido ir a las fuentes originales e indagar qué hay de cierto, de exagerado y de falso en la visión que tenemos ahora mismo de los personajes históricos.
Confirma de esa forma que Augusta Ada Byron, condesa de Lovelace, era verdaderamente un personaje con un intelecto excepcional para su época, y de no haber muerto tan joven (a los 36 años) y por supuesto de no haber nacido mujer hoy estaría a la altura de un Turing o de
Emmy Noether. Su trabajo sobre máquinas programables y su intuición sobre otros temas como la geometría o la inteligencia artificial la habrían hecho brillar a mayor altura que
de Morgan, que fue uno de sus mentores o de
Mary Somerville, que también contribuyó a su educación.
Pero el párrafo de arriba es precisamente lo que este libro no es. Usando una estructura inspirada por las anotaciones que hizo Ada al trabajo de Menabrea sobre la presentación de Babbage, y que acabaron teniendo más entidad que el original y constituyendo el grueso del legado de Ada Lovelace, incluye diferentes estampas, reales e irreales en un
pocket universe" en el que la máquina diferencial se llevó a cabo. Un poco como
La máquina diferencial de Gibson y Sterling, donde también Ada es protagonista, y que dio lugar a todo un género, el steampunk.
El libro resulta entretenido por lo dinámico, el trabajar con diferentes niveles de descripción, las notas a pie de página, las ilustraciones y la acción, y unas notas finales permite que el desarrollo de la acción sea ágil y divertido, y el descubrimiento y presentación de documentos originales permite ver a Ada, y también a Babbage como personajes de carne y hueso, con sus luces y sus sombras.
Y sobre todo, apreciar el trabajo realizado tendiendo un puente entre lo tedioso de la investigación histórica y lo divertido de un cómic. Que me compré, por cierto, en el Soho, a poca distancia del Marylebone donde Ada y Babbage desarrollaron gran parte de su trabajo.
Por tanto y en general, una historia y una autora, que no conocía, totalmente aconsejables. A seguir de cerca.