2018-01-17 20:15
Año nuevo, autora nueva. Es mi primer libro de
Karin Slaughter, una autora de policíacos americana que cambia las metrópolis habituales, Nueva York o Los Angeles, por la ciudad de Atlanta.
Es una autora relativamente reciente, y además tiene, como suele ser habitual y manda la industria, tener los libros agrupados en series. Y esta, precisamente, es la última obra de
la serie de Will Trent.
La estructura narrativa tampoco es la habitual en los policíacos, que suelen usar el punto de vista del investigador para que el lector tenga más o menos la misma información que el investigador, lo que hace que el susodicho lector se haga cábalas sobre si lo ha hecho este o el otro, cábalas que te suelen llevar por diferentes arenques rojos hasta que la autora, en este caso, te hace ver que las cosas no tienen nada que ver con la película que te has montado y que eres un lerdo, chaval.
Aunque tiene una entrada en la que no se revelan los personajes ni el punto de vista y en la que suceden, en si, parte de los hechos que luego se van a investigar, la historia comienza con el hallazgo de un cadáver, Dale Harding, un policía corrupto y
arreglador de una empresa de gestión de deportistas. Sara Linton, médico forense, Amanda, Faith Mitchell, los diferentes policías del Georgia Bureau of Investigation se ponen a ello.
La novela es extensa, y lo que la sostiene es la literatura, no tanto la investigación, peleas y persecuciones. Las relaciones complejas entre los personajes, los conflictos internos que les provoca la investigación y los diferentes descubrimientos, la evolución de los personajes y sus relaciones, son más propios de una novela literaria que de una novela de género. Al final de la historia queda la brutalidad de la violencia de género, pero también la solidez de unos personajes que nunca son malignos ni bondadosos, sino seres de carne y hueso con sus buenas acciones y sus malas elecciones; la solución del caso importa más por el apego que uno le acaba teniendo a los personajes que por el caso en sí.
Pero el policial también aparece en la genialidad de las soluciones de la trama, que hay un momento que sorprende por lo ingenioso y retorcido. Pero no se presenta ese ingenio como fruto, o quizás causa, de la maldad intrínseca al personaje. Al contrario, es una cualidad redentora que salva al personaje. Y todo esto he tratado de contarlo sin espoilers.
Era un libro que tenía mi hija Elena para leer y que hemos leyendo a la vez; además, por ahí tiene todos los demás, así que habrá que seguir conociendo las andanzas de Sara Linton, Will Trent y el resto de la peña georgiana.