2018-03-11 14:20
Me compré esto para
mi viaje a Bogotá, con la intención de leerlo en el avión, intención vana y fallida, porque acabé viendo una peli sobre un tren y Kenneth Branagh poniendo caras, y en la propia ciudad, de a poquito todos los días, cosa que sí conseguí, aunque lo he terminado a la vuelta.
Realmente, el libro no tiene nada que ver con la ciudad. Es una colección de relatos y fragmentos de novelas de escritores latinos jóvenes, por debajo de los 39. No tiene que ver con la calle 39, ni la carrera 39, que de las dos hay, ni con el distrito 39, que no hay, aunque sí distritos T y G. Y sobre todo el Transmilenio. El transmilenio es fundamental en la imaginería del santafereño o
rolo, tanto como las arepas o Monserrate.
Pero nada de eso hay en el libro. Hay varios autores colombianos, como los hay de México y de todos sitios. La más interesante es
Samantha Schweblin, que con un cuento corto pero absolutamente demoledor se sitúa bastante por encima del resto de los autores que, sin embargo, presentan un buen panorama de ficción urbana, con algún toque de realismo mágico, pero que se aleja de la literatura de poncho y narcotráfico que, a priori, podíamos suponer como estereotipo. Hay toques de Rulfo, de García Márquez, pero son historias cotidianas, cosmopolitas, bien narradas.
El único problema es que en muchos casos se trata de fragmentos de novelas, pedazos que quedan cojos y deslavazados y con lo que poco se puede adivinar sobre cómo un autor crea una historia. Quizás todos sean más novelistas que relatistas, pero aún así, crear un recopilatorio de esta forma deja un poco de mal sabor de boca. Los personajes no acaban de dibujarse, la historia no acaba de terminar.
Aún así, un
teaser original y bien curado para un conjunto de autores prometedores. Para leerlo y decir "yo ya los leía cuando no eran famosos".