2018-06-10 20:55
Los geeks también tenemos derecho a que nos expliquen como se cocina, ya que la población
mainstream tiene tanto los masterchefs como los chicotes para aprender como se hace un fumé o un sushi de berenjena. Este libro viene a cubrir esa necesidad.
Y fue un libro que yo no busqué, sino que
me tocó en un sorteo en el London Perl Workshop. Ahí estuvo en una estantería durante un tiempo, hasta que de repente empecé a
cocinar y de repente me planteé que podía resultar de cierta utilidad.
Y útil resulta. Pero no es un libro de recetas, aunque trae ciertas recetas, pero más para apoyar el contenido que como un catálogo. Es más bien un meta-libro de recetas. Te habla de la cocina desde un punto de vista, sin sorpresas,
geek, poniendo desde esquemas con temperaturas hasta dibujitos de proteínas desnaturalizadas. Porque más allá de decirte cuantos minutos tienes que cocer las galletas, te explica qué es lo que influye en la temperatura y el tiempo necesario, y cómo
la glucosilación no enzimática de proteinas es tan importante para absolutamente todo.
Aparte de capítulos dedicados a la física, la química, la biología, los instrumentos y bastantes cosas más, vienen una serie de entrevistas con cocineros y divulgadores famosos, con calidad e interés bastante variable; a veces las entrevistas van acompañadas de recetas que sí, pueden aprovecharse.
No voy a decir un libro imprescindible, que no lo es pero si quieres ir más allá de buscar recetas por Internet para hacerlas, este libro te ayuda a crear una cocina propia, a elegir los ingredientes, a prepararlos adecuadamente, y a hacer lo que en general hacemos los geeks con lo que nos ponen por delante: optimizar más allá de toda necesidad, y experimentar más allá de lo razonable. Y, por supuesto, tener como copia de seguridad el teléfono del reparto de pizzas más cercano.
Os dejo aquí abajo el pollo al naranja, con una pequeña receta, por si queréis hacerlo. Primero se marina el pollo con lima (incluyendo la piel de la lima rallada) y gengibre rallado, aceite, orégano y semillas de cilantro, unas 3 o 4 horas. Luego se hace el sofrito con cebolla, calabaza, manzana, tomate triturado, se le va echando caldo de pollo cuando se vea un poco reseco y cuando la calabaza ya esté más o menos blanda, se echa el pollo. Al final, rico, rico y con un toque caribeño delicioso.