2018-06-21 22:21
Lo cierto es que aunque conocía vagamente a
Fred Vargas como parte del elenco de autores de novelas de crímenes europeo, no me animé a leer nada de ella hasta que
le concedieron el príncipe de Asturias de las Letras este año.
Y sin darle más vueltas, la verdad es que esta novela me ha gustado bastante, a pesar de que las críticas que tiene, al menos en Amazon, no son demasiado buenas. Es la primera historia del comisario Adamsberg, que aunque es el clásico poli que resuelve todos los crímenes, la manera como lo hace es bastante más intuitiva e indirecta que el enfoque más directo de los polis americanos.
Usa también diferentes puntos de vista, creando una novela bastante más coral, donde todos los personajes, con sus imperfecciones, crear un grupo que se complementa y en el que la resolución del crimen es también una ocasión para conocerse mejor los unos a los otros. A la vez que Adamsberg descubre algo sobre el crimen, quienes le rodean descubren algo sobre él, dejándole cada vez más expuesto, y vulnerable, a los demás.
El libro tiene muchos finales falsos y sólo uno verdadero, y la historia de amor del comisario acaba, en este, cobrando más importancia. Una combinación que tampoco es demasiado común en el resto de los novelistas del género.
En resumen, un comienzo de serie interesante, que habrá que continuar de alguna forma.