2018-11-01 10:38
Si eres andaluz, incluso andaluz oriental, es muy posible que te hayas encontrado con el río Guadalquivir decenas de veces. O pasa cerca de tu pueblo, o has ido a la Sierra de Cazorla y te has bañado en una poza, o lo ves todas las mañanas desde tu ventana cuando te levantas.
Salvo si eres de Almería y no te mueves. Si te mueves, yendo por ejemplo a Sevilla en tren, cruzarás el Guadalquivir múltiples veces a lo largo de las 5 o 6 o 7 horas de trayecto
Tampoco es que esa sea la principal razón para comprar este libro, que simplemente estaba de oferta en Amazon y me lo pillé. Además, empecé a leerlo por una razón también similar: viajando en un avión, acabada la lectura que llevaba a mano, cinturones de seguridad abrochados y sin poder echar mano de otra cosa, el móvil era lo que tenía disponible y me puse a leerlo en un trayecto desde Medellín a Bogotá.
Lo cierto es que
Eslava Galán es un artesano de la palabra y se nota. Tras dar una vuelta por la historia y meter por medio a tartesios, cartagineses, Hércules y las Hespérides, empieza por el nacimiento del río en la Sierra de Cazorla (o en Albacete, según se mire) y va dándose un paseo por atalayas, castillos, labriegos, caminos de sirga, pescadores, alfares romanos, y todo la historia a la que ha dado lugar el río y quien se pasa por él, quedándose siempre a la orilla y dejando de lado los afluentes porque, en ese caso, habría mucha más tela que cortar.
En este viaje se transmite una cierta nostalgia de persona mayor, pero también una tristeza por la desidia con la que se trata, habitualmente, el patrimonio en esta región, pareja muchas veces con el desdén por la historia. Una historia que muchas veces pesa demasiado, pero que en otras ocasiones es la clave para entenderte y entender el resto del mundo. Por no mencionar la clave para dar un sustento a mucha gente, en una tierra donde el turismo ya es la industria número uno, pero que más allá de los tres o cuatro monumentos señalados se mueve bastante poco.
En resumen, un libro de viajes entretenido e informativo. No se puede pedir más.