2019-01-01 15:07
Les voy a confesar algo: los
spoilers o destripes me traen bastante sin cuidado. Aunque a veces los giros en el guión son los que le dan interés a una trama que, de otra forma, no tendría el más mínimo, lo cierto es que me interesa mucho más el propio
entramado de la trama que el final de la misma, pasando por la evolución de los personajes o las pistas que el propio autor pone en el texto.
Este libro lo compré hace tiempo, y no era para mi, en realidad, sino para una de mis hijas, que supera con mucho mi afición a Harry Potter. Y sobre todo no soy gran aficionado a
sus muletas literarias, que repite una y otra vez en cada una de sus novelas, al menos en las de la serie; todavía no me he iniciado con sus otras novelas policíacas y no sé si lo haré.
Pero somos una familia a la que le gusta el teatro, y le gusta sobre todo conseguir entradas en shows en los que sea difícil hacerlo, así que el día de la constitución del año 2017 conseguimos entradas para este show, a que asistiremos pasado mañana. Y el día siguiente, porque es una obra de teatro en dos partes, cada una de las cuales con tres horas. Un maratón, si lo haces todo el mismo día.
Ese es precisamente el pensamiento recurrente que tenía mientras leía este libro: ¿Cómo diablos van a hacer esto en el teatro? Todo el mundo mágico requiere de una cantidad de efectos especiales considerable, rayos, truenos, centellas, pero es que además en este caso hay viajes en el tiempo, por supuesto gente volando, pero una cantidad de escenarios considerable, con cada acto abarcando decenas de escenas. Imagino que en el teatro será todo muy awesómico, y de hecho eso hará que se agoten las entradas con más de un año de antelación.
Todo ello está, supongo, al servicio de la trama, pero más al servicio del fan de Harry Potter. Esta obra toca todos los palos, desde el evento que causó la creación de Harry Potter como "El chico que pudo" hasta la aparición de Voldemort, su primer viaje a Hogwarts... Sigue, además, la estructura tradicional de los libros de Harry Potter, con las primeras escenas en el andén 9 y 3/4, aunque en este caso protagonizadas por Albus Potter y Scorpius Malfoy, hijos respectivos de Harry y Ginny y de Draco y Astoria, un personaje que no aparece en escena pero que tiene una gran influencia en la trama.
Por el camino nos encontramos con escenas familiares, aunque situadas, en principio, muchos años más tarde que el último libro de la serie. Y con tres temas principales: la relación entre padres e hijos y la amistad, pero también la predestinación. Las profecías aparecen en este libro igual que en toda la serie y sólo el tema de la relación entre padres e hijos es nuevo. No sabría decir si tiene demasiado éxito en ese aspecto. Tampoco tiene ninguna fórmula mágica, pero al menos intenta irse a territorios más adultos que, por otro lado, son los que van al teatro, imagino que con los hijos a remolque, aunque supongo que el hecho de que sean 6 horas en total pondrá un límite inferior a la edad de la concurrencia.
La trama, a pesar de que la autoría la comparte JK Rowling con John Tiffany y Jack Thorne, se resuelve de la forma habitual en los libros de HP: un
deus ex machina bien colocado, y los buenos vencen, y los malos son vencidos. Pero eso era de esperar y, en realidad, no me importan los destripes, como he dicho. Así que me plantaré pasado mañana con la familia en el Palace, dispuesto a disfrutar (como un adolescente) con los actores, la puesta en escena, y los (estos sí inesperados) efectos especiales.