2019-02-17 12:22
Estados Unidos es un país muy grande. Hasta que no te das cuenta de que hay 6 horas de vuelo desde Nueva York a San Diego, más que de Madrid a Moscú o desde Alicante a Reikjavik, no percibes lo grande que es. O cuando tardas tres, o cuatro horas, desde un parque natural al siguiente sitio donde hay moteles medianamente decentes.
Inevitablemente, hay grandes zonas que son ese tipo de áreas donde no se para nunca nadie, y cuando lo hace se produce una cierta aprensión proveniente de películas como
Carretera al Infierno. Zonas que dan lugar a libros como
La mala tierra o la excelente
Blue Highways. O
Viajes con Charley.
Ese tipo de libros me encanta.
Este libro no es de ese tipo, a pesar del título y de la mancheta.
Es una recopilación de artículos de la autora,
Sarah Kendzior, que habla de la América abandonada, y que acabó saltando a la fama porque presagiaba la victoria de Trump en las elecciones.
Como tal colección, es algunas veces repetitiva, volviendo una y otra vez a hechos como
la desgraciada muerte de Mary Vojtko, una profesora asistente que todavía trabajaba a sus 83 años, sin seguro médico, un ejemplo de
las condiciones de los profesores adjuntos en las universidades americanas, y a su vez de las condiciones de los trabajadores americanos, en general, que denuncia repetidamente en estos artículos. Con énfasis en repetidamente. El libro resulta interesante, pero algo repetitivo. Los trabajadores americanos, convencidos que por nacimiento están en la
ciudad en lo alto de la colina, que viven en el mejor, si no único, de los mundos posibles, ignorantes del resto del mundo por
estar inmersos en una cultura de mentiras, no piensan en emigrar o en apoyar políticas redistributivas y sociales que palien o acaben con esa situación. No. Piensan en buscar un chivo expiatorio (los políticos de Washington, los inmigrantes) y por ello en votar a Trump.
Aunque le agradezco a
Fernando el regalo, no me ha acabado de gustar. No es el libro, soy yo.