2019-07-04 10:35
La ficción pulp era libro antes de que fuera una peli. Y se caracteriza por temas escabrosos, un ambiente que no sale de la noche y los bajos fondos, personajes antihéroes y, sí, portadas que pretenden que se compre el libro por la tapa. También por un papel de baja calidad (de donde le viene lo del pulp) y un precio muy bajo. En
StoryBundle, precisamente me compré un par de docenas por casi nada. El
bundle incluía libros de clásicos de la novela negra, y algunos no tan clásicos como Silverberg. Empecé por este porque creo que no he leído nada del autor,
Ed McBain, un autor que prácticamente no logró salir del malditismo, incluyendo haber sido (posiblemente) autor de una serie de novelas pornográficas.
Pero todo esto es ortogonal a la novela, que cuenta la historia de un adicto a la heroína que se encuentra, tras una noche de sexo y drogas, a la mujer con la que la pasó muerta en su cama y a él mismo acusado del asesinato. Además, no encuentra el resto de la droga y se encuentra en el dilema de buscar droga, buscar al culpable del asesinato, o si puede ser las dos cosas, mejor.
El resultado es convincente y sumamente entretenido. La tensión va en aumento, y vamos conociendo a la difunta, su entorno, los ambientes musicales del Nueva York de los cincuenta, y la propia historia del protagonista y cómo llegó a ser lo que es. Una novela de a duro, pero que literariamente lo deja todo muy bien atado: la búsqueda de la exculpación es, también, una redención, un descenso a los infiernos en el que, cuando se sale, no se puede mirar atrás.
En resumen, que es una novela de bastante buena factura y que, como toda novela de duro entretiene; como toda novela negra, es también una exploración de una geografía y una historia que va más allá del momento del asesinato.