2019-10-16 19:03
Ha pasado casi un mes y las reseñas se me acumulan; en mi descargo diré que cada vez que tengo que meterme aquí tengo que pasar 5 minutos borrando spam. En mi no descargo debería decir que ya va siendo hora de que me pase a Wordpress o algo. No sólo son una comunidad súper maja, sino que además el software funciona estupendamente.
También tiene su valor sentimental mantener Blogalia por razones históricas, porque llevamos aquí casi 15 años, y aunque tenga sus cosicas (el spam, básicamente), es una pieza de software monumental que hay que agradecerle a
Víctor Ruiz, que además sigue manteniéndolo contra viento y marea para los cuatro que aquí seguimos.
Este libro tiene también cierto valor sentimental. La portada de mi copia no es la que hay ahí, y lo compré porque me vi, no sé como, metido en una conversación con el autor en Twitter, y me llamó la atención el uso de los tropos steampunk (¡Piratas! ¡Dirigibles! ¡Gafas de aviador!) del que hacía desde la portada hasta la descripción. El problema es que en steampunk hay de todo, desde maravillas hasta verdaderas bazofias, así que siempre hay que acercarse a ellos con un poco de prevención. Y más cuando se trata de un libro autoeditado.
Para ser justo, tiene algunos de los defectos de un libro autoeditado: errores de deletreo aquí y allí, y alguna frase que no sabes muy bien de dónde viene y de dónde va.
Editores, esos profesionales no lo suficientemente ponderados
Pero el resto es una verdadera pieza de artesanía con todos los engranajes, bronces bruñidos y cuero que se espera de un clásico steampunk. Una detective londinense se une al Capitán Albion y su grupo de alegres piratas en busca de un científico loco que está haciendo desaparecer monumentos de todas las ciudades europeas: El Vaticano, la torre Eiffel, con Port Aventura no se han atrevido, a la vez que buscan a su padre, Samuel Clemens, por mal nombre (en otra vida) Mark Twain, y cruzan Europa en dirigibles enfrentándose, en los cielos y en la tierra, a otros piratas, fuerzas del mal, ciborgs movidos a vapor y, en resumen, una aventura realmente entretenida y que estaría genial ver en una peli. Aunque hay poco steampunk en el cine. No sé por qué.