2019-11-10 12:54
Tengo este libro en una edición española de una editorial llamada Poliedro y publicado en 2004. Lo compré de saldo, por el precio de un periódico dominical, y lo tuve cogiendo polvo durante un tiempo. De repente, resurgió en alguna reordenación intempestiva de mi pila y me decidí a leerlo.
No había leído nada antes del autor,
James Sallis, un autor de novela negra que basa casi todas sus historias en Nueva Orleans. Ésta está basada ahí, y el protagonista, Lew Griffin, se encuentra con un vagabundo que ha sufrido un accidente y que lleva una copia de su libro, una copia que había regalado a su hijo.
Si os digo la verdad, no he logrado engancharme a la novela de ninguna de las maneras. O me ha pillado disperso, o mayor, o cansado, o todo a la vez. Hay ratos en que el protagonista busca a alguien que dice ser él mismo, y que se dedica a reescribir las mismas novelas que había publicado. Lew Griffin también busca a su hijo, porque el encontrar esa copia de su libro se lo recuerda. Pero también ayuda a un amigo policía a buscar a su hijo, o amante, que tampoco tengo muy claro de qué se trataba. En un momento determinado, Lew Griffin lo deja todo y se convierte en vagabundo. Pero tiene una epifanía y encuentra... algo.
Me quedó claro de este libro el retrato de la ciudad; hay muchas cervezas Abita y muchos paseos por barrios diversos (pero no por Tremé, por alguna razón). Hay collares, lluvias torrenciales, e incluso un paseo por el cementerio. Pero de veras que soy incapaz de sacar nada en claro de esta novela.
Tendré que leérmela de nuevo o echarla a reciclar o algo. No lo sé.