2020-01-05 20:54
Un libro se puede tirar una cantidad de tiempo variable en The Pila, la pila de libros por leer que es un poco como el déficit español, va creciendo y creciendo porque la cantidad de libros que se leen es siempre inferior a la cantidad de libros que uno va comprando o adquiriendo. Este año he leído 32 libros, como indica el número; este es el último libro del año. ¿Cuantos he comprado? La verdad es que no lo sé, pero pueden ser perfectamente 35. Lo que implicaría un aumento realmente pequeño en el déficit. Eso es bueno.
A veces, también, me regalan libros. Tuve el privilegio de introducir a
Fernando Polo en la presentación de su libro
Socialholic, un libro que también está en la pila y que debería haber leído ya. De hecho, estoy viendo ahora mismo que está al lado de otros tres libros que tampoco he leído.
Sea como fuere, fue para mi la introducción al autor,
Ian McEwan, del que no había leído absolutamente nada. No sé por qué, tenía la idea vaga que era la novela en la que se basaba una película en la que iban al sol a hacer no sé qué. Pudo ser
Sunshine. Y es lo mejor: acercarte a un libro sin expectativas. Porque no tiene nada que ver con la peli. Es la historia de un premio Nobel, años después de haberlo conseguido, y cómo trata de continuar su carrera fuera del mundo de la academia construyendo una central solar.
En la novela se contraponen los logros intelectuales, y el impulso mesiánico de salvar el planeta a base de crear una fuente solar más eficiente que las existentes, con la propia personalidad del protagonista: sucio, zafio, inseguro y en general una mala persona que justifica todas sus acciones de una forma u otra.
Muchas historias similares son historias de redención: a través de acciones que benefician a un montón de gente, los pecados que ha cometido el protagonista en el pasado le trascienden y le convierten en algo mejor. Otras son de expiación: se expían los pecados en una travesía por el infierno, para llegar al final al perdón y al la paz. En esta novela, tanto la expiación como la redención son impostura, y el final, aunque ambiguo, es más o menos esperable.
La verdad es que el autor maneja bien la abyecció del personaje, sin tratar de hacerlo parecer simpático ni, por el contrario, cargar las tintas. Así que un buen libro para terminar el año, que le agradezco a Fernando.