2003-06-10 21:27
...no es cuando logras acostarte con una premio nóbel. Se trata de
ordenadores muy pequeñitos, tan pequeños, eventualmente, como una mota de polvo. De ahí les viene lo de polvo, y lo de inteligente, pues del ordenador mismamente.
Concretando un poco más, se trata habitualmente de
sensores (de temperatura, de humedad, microcámaras quizás) muy pequeñas, muy baratas, con alimentación propia, y además, con algún tipo de conexión con el exterior. La idea es crear redes de estos sensores, cada uno de ellos con no demasiada capacidad, pero todos juntos, unidos inalámbricamente, pueden crear un sensor tan potente como cualquier otra cosa, pero mucha más gorda. Más información, por cierto,
en este artículo de ABC News y en este comunicado de prensa de la
Universidad de Berkeley.
El polvo inteligente está relacionado con las nanomáquinas, pero no llega a ser tan pequeña como ellas. En libros como
La Era del Diamante (en
CyberDark) o el reciente
Presa de Crichton (y
en CyberDark) se presentan nanomáquinas un tanto beligerantes; en el primer caso, las "guerras del toner" cubren las calles de Shangai de polvo que son nanomáquinas muertas, y en el caso del segundo (que no he leido), las nanomáquinas se rebelan como si de un T. Rex se tratara, y se lían a mamporros.
Las nanomáquinas, tal cual, están un poco lejos, pero estos microsensores "inteligentes" están más cerca, de hecho, están ahí. El problema que plantean es que no es lo mismo programar un ordenador gordo con un solo procesador y memoria, que programar muchos (quizás cientos o miles) de ordenadores pequeñitos para que hagan algo. Imaginaros un gran almacén con chismes, cada uno de los cuales tiene una mota de polvo inteligente. ¿Cómo haces para buscar un chisme determinado? Pues tendrás que transmitirle a los elementos más próximos la pregunta, estos a su vez lo transmitirán a los más alejados, y así sucesivamente; cuando llegue la pregunta a quien pueda responderla, se retransmitirá de vuelta y al revés. Hay que tener en cuenta que ninguna mota va a tener la capacidad de transmitir a distancias ilimitadas, puede que cada chisme tenga solo unos centímetros de alcance. Otras cuestiones, como cuántos chismes hay en total, también se puede resolver, pero hará falta cierto tiempo, para que todos los chismes presentes se tengan en cuenta. Sin embargo, una vez resueltos esos problemas de orden práctico, muchas cosas resultarán muy fáciles: hacer un inventario, o una alarma antirrobo. No hará falta colocar sensores en todas las aberturas, sino simplemente que el chisme más cercano al robado dé la voz de alarma.
Pero a su vez, no sólo puede responder preguntas, sino que pueden tener cierta "inteligencia", sobre todo si el polvo inteligente, además, puede moverse o hacer cosas. Habrá que acudir a la inteligencia de las hormigas para conseguir algún resultado interesante.
Aunque las motas de polvo inteligente todavía más bien parecen la viga en el ojo ajeno, quizás en el futuro nos las encontremos por todos sitios: desde la pintura de las paredes, hasta los hilos de la ropa; para calcular algo (por ejemplo, para ver una película en formato digital), se usará toda la capacida computacional de la casa o de la habitación. Todavía está algo lejano, pero no le queda tanto.