2003-06-17 15:05
En el taller literario nos hemos encargado un relato a tres voces. Ahí queda.
Los-que-comen tienen hambre. La huelen/olemos/huelo. La respiramos. No hay comida, solo no-comida.
Vagamos/vagan, pero en otros-aquí no hay comida.
Luz. ¿Somos menos? ¿No tenemos hambre? ¿Hay comida?
Los-que-comen mordemos. Masticamos. Pero es no-comida.
Los-que-comen son pequeños, recién-salidos-del-huevo. Quietos. Son ya-no-comen.
Luz. ¿Comida?
Sí. Comida. Los-que-comen comemos. Ya no se respira hambre.
"¿Lo ves, papá? Los gusanos tienen hambre. ¿Los ves como alzan la cabecilla, como si olieran? ¡Mira, papá, si lo cojo me hace cosquillitas! Papá, papá, mira, ese está chiquitillo y arrugado. ¡Papá, vamos otra vez a buscar moreda!"
Joer con los gusanos de los cojones, y la moreda de los mismos cojones. A ver, ¿cómo coño sé yo qué es moreda? Porque lo que encontramos el otro día no lo era, y yo qué sabía, que no había visto moreda desde chico; si es que tenía que haberlo buscado en Internet, joer, pones "moreda" y te aparecen fotos en color y luego buscas algo que se parezca y punto, pero, no, precisamente eso es lo que no tiene que aparecer en la internet de las narices, menos mal que me llevé un gusano en una caja de cerillas en el bolsillo, y lo puse en la hoja del árbol y se la zampó, el joío, muertecico de hambre tendría que estar. Pues ya está, ahí tienes la moreda.
"Mira, papá, como se la comen. Estas hojas sí que les gustan"
No les va a gustar, si es moreda de la buena. Hala, a inflarse.